Generalmente contienen menos del 7% de humedad, lo que garantiza una mayor vida útil y estabilidad en almacenamiento.
Este bajo contenido de humedad es clave para mantener la calidad del producto durante el transporte internacional y el almacenamiento prolongado. Un nivel de humedad inferior al 7% ayuda a prevenir la aparición de moho, bacterias y otros contaminantes, lo que resulta esencial para compradores industriales y mayoristas que manejan grandes volúmenes. Además, facilita el cumplimiento de los requisitos sanitarios en países importadores, reduciendo riesgos en la cadena de suministro.